La empresa de la Fundición de Morales ha incurrido en seria reponsabilidad
* Con motivo de la muerte de un obrero se salvaron los conductos de las autoridades y fue enviado, sin nombre, al Hospital Civil Dr. Miguel Otero.
* El cadáver estuvo cinco días sin ser autopsiado (sic) por falta de orden de una autoridad competente
En la Fundición de Morales, propiedad de la American Smelting and Refining Co, o sea la compañía Minera Asarco, S. A., expiró el obrero José Navarro, con todas las características de la intoxicación por los gases venesoso de la Casa de Humo. Este obrero a la salida de su turno a las siete de la mañana, según los datos que se nos han proporcionado, salió bamboleante quejándose de fortísimo retortijón, y fue ayudado por dos camaradas que lo llevaron al Hospital de la Compañía en donde le fueron aplicados algunos lenitivos; pero por la noche se puso muy grave y pedía por caridad a la enfermera de guardia le aplicara un lavado, negándose ella por indicar que el doctor le había ordenado que nada se le diera al paciente hasta la mañana siguiente que él estuviera, por lo que al amanecer murió el infeliz sin auxilio.
Por teléfono se pedió a una agencia funeraria una carroza y allí fue colocado el cadáver y enviado al Hospital Civil sin dar siquiera su nombre, pues que allí se le registró con las iniciales "N". "N". Tampoco se dio aviso a la viuda que queda con tres huérfanos pequeños.
La señora viendo que habían pasado nueve días sin que fuera a su casa su esposo, anduvo informándose por donde quiera y que por fin fue a la Fundición de Morales en donde se le dijo que había muerto de un dolor. Hasta entonces se descubrió de quien era el cadáver anónimo que había sido enviado al Hospital Civil y se aclaró que estuvo cinco días allí, en estado de putrefacción sin que se le practicara la autopsia de ley ni se le sepultara por ignorar su identidad y, sobre todo, por carecer de una orden de la autoridad judicial competente.
La viuda ya exige a la Compañía el pago de la indeminización, pues aunque ésta alega que murió de enfermedad natural hay la certeza de que fue envenenado en su trabajo por los gases y, además, que murió en el Hospital de la Compañía.
Sabemos también que el Comisario de la Policía de la Fracción de Morales ha dado cuenta a su superioridad de que la Compañía salvó su conduicto por no haberle dado ningún aviso, incurriendo en grave responsabilidad, y que por ello se le impondrá una fuerte multa con el fin de que no repitan casos de esta naturaleza que se nos dice se han repetido antes.
Seguiremos informando.
(Tomado del periódico Acción, miércoles 14 de enero de 1931)
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